domingo, 14 de diciembre de 2014

Maléfica

Cuando Disney se dio cuenta que los cuentos de hada estaban de moda nuevamente, comenzaron a hacer nuevas versiones de los cuentos clásicos con los que muchos crecimos. Lejos de la discusión al respecto del "daño potencial" a la infancia, lo cierto es que estas historias, por su naturaleza narrativa tan básica, siempre funcionan espectacularmente así que renovarlas siempre es una buena idea, siempre que sepamos cómo hacerlo.

Yo vi Maléfica tres veces... no me pregunten por qué me sometí a semejante tortura, sólo lo hice. Por suerte, cada nueva función me dio oportunidad de analizar diferentes aspectos de la película que, para mi, es esencialmente un fracaso.

Primera función: La producción

La película, para aquellos que se han vuelto seguidores del gasto excesivo en la creación de mundos y ambientes digitales, es una delicia. Los escenarios tienen el balance adecuado entre su dosis de realidad (para que no se vean a lo Alice in Wonderland, con la evidente pantalla verde) y fantasía como para capturar el ojo hambriento por efectos especiales. Además, los colores ayudan a crear una atmósfera ideal para la historia: paisajes con baja saturación de color, con azules y grises predominantes, colores opacos (incluso en las secuencias de colores vivos). Esta colorimetría ayuda a crear la atmósfera de fría crueldad que viven los personajes, así como ilustrar el ambiente de ingenia inocencia que tiene Aurora (quién es la única que tiene secuencias a todo color y con ambientes brillantes).

En fin, en esencia, Maléfica pasa el check in de lo visual y se asegura el premio de consolación de toda crítica, el cuál se expresa siempre con la frase: "pues, visualmente está padrísima".

Sin embargo, todos sabemos que existen muchos más elementos que sólo el atractivo visual, así que este no es argumento suficiente para celebrar la película.

La música es un gran logro, por cierto. Hay secuencias enteras que puedes cerrar los ojos y disfrutar la instrumentación orquestal de fondo y eso es en sí misma una experiencia edificante. La música es del compositor James Newton Howard (quien seguramente debe estar de moda por su trabajo musicalizando Los Juegos del Hambre). Debo decir, el score es brillante y yo usualmente limito mis suspiros musicales para Alan Menken y Danny Elfman, sin embargo, creo que aquí la música de Howard juega un papel casi indispensable para crear la atmósfera de tensión que la historia no lograría por sí sola.

Digo, ya que andamos por eso de la música... ¿Lana Del Rey? A ver, vamos paso a paso... debo decir que, si bien su versión de "Once Upon a Dream" es cáncer para los oídos, dentro del todo que conforma la cinta: funciona. Es una versión que se acopla perfectamente a la intención narrativa que se tiene sobre la historia e incluso a nivel estético, debo decir que su arreglo de la pieza sería el equivalente auditivo a la gama cromática que vemos en la película, así que... en este caso pasa.

Segunda función: El texto

¡Aquí todo se viene abajo!

El mundo sin duda aprecia la variedad y sí, sinceramente el repetir indiscriminadamente lo mismo una y otra vez cansa... aún así, hacer versiones alternas de textos ya tan asentados en la mente del mundo requiere andarse de puntitas y aquí los guionistas caminaron descalzos sobre un campo minado... sin sobrevivientes.

En definitiva, la historia no es mala... es PÉSIMA, no como premisa, esa es buena, sino como textos alterno de una historia ya contada. Me explico:

Maléfica es el intento de narrativa alterna a "La Bella Durmiente", contada desde la perspectiva del villano a quién se quiere reivindicar a través de la cinta; algo que Gregory Maguire hace muy bien.

El problema de tomar una narración primordial es que necesitas tener una habilidad dramática tan grande que puedas rellenar y entretejer tu narrativa en los huecos que tiene la versión original. Aquí, los guionistas decidieron tomar el cuento original, pasarlo por la trituradora de papel y profanar la historia con sus sórdidos argumentos.

El primero error está en: querer forzar al villano a ser el héroe. Posiblemente no existen arquetipos más contrarios que el héroe y el villano, es la imagen más básica del bien y el mar, del blanco y negro. Por eso, hay que entender que un villano NUNCA será un héroe y un HÉROE nunca será un villano. Esto no significa que no puedan crearse matices y acercarse a la zona intermedia que representa la "realidad" (ya que el concepto de lo negro y lo blanco es algo muy antinatural). Aún así, cuando tomamos íconos literarios, tenemos que entender que el proceso no se da por alquimia sacada de la manga y que el carbón no se hace oro sólo porque así lo deseamos.

En un texto así, al villano no hay que redimirlo, hay que martirizarlo. Posiblemente el mejor ejemplo de este fenómeno sea Wicked, un texto que está muy de moda y que seguramente tuvo algo que ver con la nueva moda de "narrativas alternas". El éxito literario de Wicked radica en la forma en la que se juega con los arquetipos del bien y del mal. Aquí, la villana (La Bruja Mala del Este) no deja de ser villana, al final, las historias encuentran una forma correcta de entrelazarse y terminamos teniendo dos versiones de los mismos hechos. Wicked logra generar una empatía fuerte entre el personaje de Elphaba y la audiencia, al grado que la audiencia cambia su discurso primordial y le otorga matices: reconocen a Elpahaba como la bruja mala del este y aceptan las acciones que ella lleva a cabo en contra de la contraparta (Dorothy), sin embargo, decide que no existe un bando "bueno" ni un bando "malo", sino que ambas partes tienen sus intereses en conflicto y Elphaba queda, no como villano, sino como mártir, una víctima del mal de alguien más, lo cuál la llevo a causar su propio mal. Esto humaniza al personaje y te hace aceptarlo no como un ser despreciable, sino como un personaje atrapado en cuestiones éticas complejas.

En Maléfica no sucede así, desde un inicio intentan forzarte la idea de que ella no es, ni será la mala del cuento. El texto intenta justificar sus "acciones malvadas" a través del despecho, del error y del coraje que, si bien así funciona en esencia, aquí no es nada natural. Esta es una cinta que quiere convertir a la villana en la princesa y dejar a todos los demás personajes en malos términos. Esto causa que la historia sufra, sea difícil de creer y que los mismos actores tengan conflictos para interpretar una motivación que el mismo personaje no se la cree.

Peor aún, es tanto el esfuerzo por crearle complejidad a Maléfica que el guión olvida por completo a los demás personajes. La cinta es prácticamente un soliloquio de un personaje complejo hasta la artificialidad, rodeado de puros personajes clichés unidimensionales que no responden a más profundidad que: "las tontas", "la bonita y buena", "el guapo distraído" y "el malo porque sí". Esto tira todo el peso dramático en un personaje que, sin lugar a dudas, no puede cargar con semejante responsabilidad y es lo que lleva la historia a pique.

Finalmente, si tienen dudas al respecto de mi punto de vista, pregúntense a ustedes mismos lo creíble y orgánico que les suena un personaje que los quieren obligar a ver como "el bueno" y que, casualmente, se llama "maléfica"...

Tercera función: las actuaciones

Yo nunca he sido fan de Angelina Jolie ni he creído en sus habilidades histriónicas. Dicho esto, debo admitir que en Maléfica me sorprendió bastante. Tuvo la capacidad de tomar un personaje mal hecho y darle cierta verdad en su desarrollo emocional y existencial. Además, dotó a Maléfica de cierta elegancia y gracia que hubiera sido difícil ver con alguien más. En esencia, hizo su mejor esfuerzo con un personaje con una motivación alienante y eso es digno de reconocimiento porque si el mismo personaje no sabe quién es, lograr interpretarlo es un reto demasiado grande.

Prácticamente, Jolie es la única actuación valiosa en la cinta, al menos considerando personajes principales. Aurora y Philipe pasan más que desapercibidos y no son memorables ni por asomo. Las hadas, bueno, sinceramente verlas es una tortura con una actuación tan ridícula que bien pudieron haber puesto al elenco de "Hangover" y el resultado hubiera sido igual de vacío y barato.

Sin duda el Rey Stefan es lo peor en cuestión dramática. No sé si su personaje es muy plano o muy forzado, si es muy complejo o muy simple. Sin duda, creo que el director se lavó las manos con él y seguramente su única indicación para Sharlto Copley fue "be bad, just bad, however you can".

Aunque sí hubo una inesperada contribución a una cinta llena de personajes destinados al olvido y fue Diaval, el cuervo lacayo de Maléfica. En su extraña combinación de figura paterna/hombre sabio/interés amoroso encontró una forma de resaltar entre un mar de papeles tapiz y contribuir con algo valioso y atractivo.

En resumen: la película es un fracaso, un fracaso atractivo envuelto en papel brillante y lentejuelas, pero vacío por dentro. No es una película que recomendaría y con tres veces que la vi en la vida creo que es suficiente y excesivo. Sin duda Maléfica se une a la lista de remakes fracasados de cuentos de hada, a lado de Alice in Wonderland de Burton, Blancanieves y el Cazador de Sanders y Oz el Poderoso de Raimi.

Sólo nos queda esperar que los productos posteriores no cometan los mismos errores, especialmente con la promesa de Cenicienta acercándose cada vez más a su estreno, sino para simplemente mirar hacia el otro lado cuando se buscan productos clásicos en versiones modernas.



Ficha técnica:
Maleficent (2014)
Dir: Robert Stromberg
Prod. Joe Roth
De: Linda Woolverton

Walt Disney Pictures

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